domingo, 21 de diciembre de 2014

Tolerancia y Respeto; educando para la paz

Tolerancia y Respeto; educando para la paz.
Pablo Said Aguilera Hernández.

La tolerancia y el respeto, esas dos palabras que encierran grandes conceptos que permiten tener una relación armoniosa con aquellos que nos rodean, que se anteponen a las grandes decisiones que alguna vez un grupo de personas tiene que tomar y que hoy en día se han visto rebasadas por la violencia, la intolerancia y el individualismo. La actualidad de nuestro país, y en general de la sociedad global, presenta grandes índices de intolerancia, aquellos esfuerzos que grandes personalidades en diferentes momentos consiguieron en beneficio de las garantías individuales, derechos humanos, respeto de género y religioso se han visto opacados por las guerras, homicidio, y algo a lo que nos enfrentamos día a día el “bullying” en nuestras escuelas.     

Hoy en día se vive dentro de una sociedad de consumismo, y que gracias a la globalización mediante los medios de comunicación como lo es el internet, se ha disparado de sobremanera, tal y como lo mencionan Ferrás y Paredes (1999), pareciera que el postmodernismo está siendo utilizado como estrategia de marketing que vende la idea de ir avanzando hacia algo mejor mientras solo se busca la productividad. La insistencia en cubrir las necesidades que la sociedad establece, en obtener valores materiales acumulables de los cuales poder alardear y por lo tanto que nos den un estatus social cada vez más elevado ha llevado a la deshumanización de procesos, al no valorar lo verdaderamente importante.

Es así que los alumnos que transcurren por las aulas, personas en formación que, a pesar de que tienen una fuerte base familiar, aun no constituyen formalmente una identidad en su totalidad definida son vulnerables ante este sistema capitalista y de consumismo, lo cual, a pesar de la libertad que hoy día se supone posee todo individuo, le obliga a seguir patrones de conducta establecidos, incluyendo a aquellos de aparente rebeldía natural. Tomando en cuenta el ejemplo de los jóvenes, los cuales son vistos por los adultos como seres manipulables, personas que pueden ser guiadas a través de la media para creer lo que la sociedad en general establece, entonces nada impide afirmar que los adultos, o en este caso los docentes y sus concepciones sobre educación y valores sociales no son otra cosa que la implantación de una idea a temprana edad, una recreación de conductas que alguien más programo previamente.

El texto “Educación para la paz” (2009), que es una publicación del Departamento de Educación Cooperativa de Fundación Bica, establece que desde el estudio del cerebro emocional y la investigación de las inteligencias múltiples se nos muestra que definitivamente estamos más sanos y más felices cuando vivimos una vida llena de proyectos, de sueños, de compromisos con nosotros mismos y con los demás. De esta manera, al tener un propósito en la vida se le da un sentido de satisfacción a la misma, pero si este propósito es establecido simuladamente como lo hace la media el descontento será obvio e inmediato, peor aún, si el propósito que se tiene es el de sobresalir dentro de lo individual como lo propone la sociedad actual nos enfrentaremos a más actos de violencia, física, verbal o emocional por demostrar que se es superior a los pares que le rodean.

Si la sociedad, los medios de comunicación así como todo aquel interesado en que las personas consuman y tengan un pensamiento individualista, insisten en plantear su propio estilo de humanidad, es la escuela, como parte activa de la formación de los individuos y aún más como un espacio colectivo de conocimiento, de hechos que se basan en la razón la encargada de regresar el sentido comunitario que naturalmente poseen los individuos. Si bien es cierto que la violencia es una reacción de autodefensa que toda persona posee ante las amenazas que se presentan, no podemos negar la naturaleza social del ser humano por la cual se han obtenido grandes avances, de manera que se debe abatir el sentido individualista implantado actualmente y recuperar ese sentido social, de apoyo, respeto y tolerancia entre todas las persona, siendo las instituciones educativas el lugar perfecto para este fin.

Una vez que el individuo ingresa al mundo laboral sus oportunidades de convivir con personas pertenecientes a diferentes contextos sociales, culturales entre otros, se ven reducidas drásticamente en comparación a lo que alguna vez experimento en la escuela, esto debida a que la especialización de su profesión conlleva que las personas con las que se relaciona presentan rasgos similares a los suyos a fin de satisfacer la tarea que les compete. La oportunidad de socializar, de conocer las situación de las demás personas y con ello generar empatía  es la clave para educar en busca de la erradicación de la intolerancia, los actos de violencia, generar trabajo colaborativo y alcanzar una paz productiva.

Los encargados de guiar este arduo trabajo serán los docentes, que deben emplear las estrategias pertinentes para unificar la ideología de cada uno de los alumnos a fin de alcanzar objetivos comunes no importando sus grandes diferencias. Duarte, Bos y Moreno, en su texto Docentes, escuelas y aprendizaje en América Latina (2012) establecen que un alumno, a pesar del contexto en que se desarrolle y las dificultades que esto conlleva, si tiene buenos docentes, las brechas para alcanzar el éxito serán menores, entendiendo por buenos docentes a aquellos que demuestren poseer experiencia, tener un nivel educativo cada vez mayor, estar preparado respecto de su asignatura, estar certificado y actualizado.

Educar pala la paz entonces no se refiere a dar los discursos con tonalidades religiosas en donde se dice que todos pueden ser amigos los unos con los otros, educar para la paz es ejemplificar esta realidad, que las personas pueden coexistir sin importar sus diferencias, es abrir el panorama cultural de los alumnos a fin de que puedan discernir de la información a la que son expuestos día a día y elegir libremente. El conocimiento, la cultura es la única herramienta que llevara a las personas a tomar decisiones propias que acompañadas de un sentido de empatía pueden alcanzar grandes metas, siendo cada vez más positivas que negativas.



Bibliografía.

Duarte, Jesus; Bos, María Soledad y Moreno Martín (2012), Docentes, escuelas y aprendizaje en América Latina, en “Educación para la transformación”, Banco Interamericano de Desarrollo, pp. 133 – 150.

Ferrás Sexto, Carlos y Paredes Xoán M. (1999), Reflexiones sobre justicia y desarrollo alternativo en América Latina. ¿Desarrollo local, desarrollo sostenible y/o ecosocialismo?, Presentación publicada en las actas del “1er Seminario Internacional sobre Perspectivas del Desarrollo en Iberoamerica – Desarrollo Local y Regional en Iberoamérica”, (3-7 Mayo 1999, Universidad de Santiago de Compostela, Galicia; pp. 81 – 96.        

Fundación Bica (2009), Educación para la paz, Publicación del Departamento de Educación Cooperativa de Fundación Bica, <www.funcacionbica.org.ar>
              



  

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